Su pasado

Cuando África empezó a acercarse a la adolescencia, su vida entre humanos se volvió imposible, llegando a atacar a las mujeres de la casa. Por esa razón sus propietarios la mantenían encerrada la mayor parte del día en un cuarto que le construyeron en la azotea
Debido a complicaciones con una herida en la cabeza, cuando llegó a MONA estaba completamente calva y con costras desde la frente hasta los hombros, razón por la que fue rechazada por varios zoos a los que habían acudido sus propietarios para que se hicieran cargo de ella. También presentaba zonas sin pelo en manos, pies, brazos… que se arrancaba ella por estrés o aburrimiento. Resultó que lo de la cabeza no era nada grave y con curas varias veces al día pronto empezó a salirle el pelo otra vez.
Cuando empezamos con su integración en el grupo, tenía tanto miedo de los otros chimpancés que no paraba de gritar e incluso en alguna ocasión vomitaba.